En una cazuela doramos con un chorro de aceite de oliva virgen extra unos tres dientes de ajo laminados. Añadimos los champiñones limpios y cortados por la mitad. Sazonamos y rehogamos unos minutos.
En un mortero preparamos otros tres dientes de ajo picados, perejil, un chorrito de vino blanco y una pica de sal.
Añadimos el majado a la cazuela e incorporamos un vaso de vino blanco y un puñado de sal gorda y dejaremos que hierva unos veinte minutos o hasta que veamos que el champiñon este en su punto.
Por otra parte freimos en abundante aceite bien caliente unas rebanadas de pan de molde que antes de presentar habremos escurrido el aceite en papel de cocina.
Servimos.
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